Cambios en el estilo de vida
Ciertos cambios en el estilo de vida también pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir nuevos ataques de gota, que incluyen:
- evitar alimentos que contengan altos niveles de purina (el químico involucrado en la producción de ácido úrico), como carnes rojas, despojos, pescados grasos, mariscos y alimentos que contengan extracto de levadura.
- evitar bebidas y refrigerios azucarados: se asocian con un mayor riesgo de gota
- mantener un peso saludable; siga una dieta equilibrada; no haga dieta excesiva ni pruebe dietas altas en proteínas y bajas en carbohidratos
- haciendo ejercicio con regularidad; pruebe actividades que no ejerzan demasiada presión sobre las articulaciones, como nadar
- beber mucha agua: mantenerse bien hidratado reducirá el riesgo de que se formen cristales en las articulaciones
- reducir el consumo de alcohol: evite la cerveza y las bebidas espirituosas en particular y no beba en exceso
Existe cierta evidencia que sugiere que la ingesta regular de suplementos de vitamina C puede reducir los ataques de gota, aunque el efecto puede ser solo pequeño. Hable primero con su médico de cabecera si está pensando en tomar suplementos de vitamina C, ya que no son adecuados ni seguros para todos.