Entre los anticuerpos antinucleares, los anticuerpos anti-Sm y anti-RNP son de suma importancia en la práctica clínica . Los anticuerpos anti-Sm se dirigen contra 7 proteínas (B / B «, D1, D2, D3, E, F, G) que constituyen el núcleo común de las partículas de ribonucleoproteína nuclear pequeña U1, U2, U4 y U5 (snRNP); B / B «, D1 y D3 son los objetivos más frecuentes. Los anticuerpos anti-RNP reaccionan con proteínas (70 Kd, A, C) que están asociadas con el ARN U1 y forman U1snRNP. Los anticuerpos anti-Sm y anti-RNP se dirigen hacia epítopos tanto discontinuos como lineales que están contenidos en la secuencia de la proteína o están modificados post-traduccionalmente. Los ensayos para detectar anticuerpos anti-Sm y anti-RNP son contrainmunoelectroforesis (CIE), inmunotransferencia y ELISA, basados en proteínas purificadas o recombinantes o péptidos sintéticos. Los anticuerpos anti-Sm son detectables en un porcentaje de pacientes con LES comprendido entre el 5 y el 30%; son más prevalentes en los negros y debido a su alta especificidad para el LES se han incluido en los criterios serológicos para el diagnóstico de la enfermedad. Los anti-RNP son detectables en el 25-47% de los pacientes con LES; los títulos altos de anticuerpos anti-RNP son diagnósticos de trastorno mixto del tejido conectivo (MCTD). La medición de anticuerpos anti-Sm y anti-RNP es más importante en el diagnóstico de LES que en el seguimiento de los pacientes. Sin embargo, los anticuerpos anti-RNP son más prevalentes en pacientes con fenómeno de Raynaud y se asocian a una afectación renal más leve. Por el contrario, los anticuerpos anti-Sm se asocian con la gravedad y la actividad de la afectación renal. La especificidad de anti-Sm Los anticuerpos, junto con los datos epidemiológicos, sugieren que la infección por el virus de Epstein-Barr tiene el potencial de inducir anticuerpos anti-Sm por mimetismo molecular. Los anticuerpos antinucleares, un sello distintivo de las enfermedades autoinmunes sistémicas, incluyen varias poblaciones de anticuerpos con diferentes especificidades. Para ellos, los anticuerpos anti-Sm y anti-RNP son de suma importancia en la práctica clínica; en la investigación, el estudio de los mecanismos que inducen su producción ha abierto nuevas perspectivas y ha ayudado a dilucidar la patogenia de los trastornos autoinmunes.