Por Seàn-Patrick Lovett
El padre de Oscar Romero quería que su hijo fuera carpintero. Con buena razón. Cuando era niño, el joven Oscar tenía talento para arreglar cosas que estaban rotas.
El país
Cuando Oscar Romero fue nombrado arzobispo de San Salvador en 1977, su país estaba destrozado. Mucha gente en El Salvador vivía en la pobreza, mientras un grupo de élite manipulaba todo el poder político y económico. Los escuadrones de la muerte se aseguraron de que todo siguiera así.
Los escuadrones de la muerte
Apenas tres semanas después de convertirse en arzobispo, el buen amigo de Romero, el padre jesuita Rutilio Grande, fue asesinado por uno de esos escuadrones de la muerte. Otros cinco sacerdotes serían asesinados en la Arquidiócesis de San Salvador durante los tres años que Romero fue pastor.
La dictadura
Cuando una junta militar tomó el poder en 1979, el arzobispo Romero comenzó a transmitir sermones semanales por radio. Criticó abiertamente al régimen y a quienes lo apoyaban, denunciando casos de secuestro, tortura y asesinatos masivos.
Fue entonces cuando se le conoció como «La voz de los que no tienen voz».
La guerra civil
En 1980, las tensiones sociales estallaron en una guerra civil. que duró doce años y dejó más de 75.000 muertos. Mons. Romero puso en marcha programas pastorales para ayudar a las víctimas de la opresión. Al mismo tiempo, se volvió aún más franco, condenando las violaciones a los derechos humanos y defendiendo la opción preferencial por los pobres.
El llamamiento
El Arzobispo Romero hizo un llamamiento desesperado a los militares salvadoreños para que dejen de matar a su propio pueblo. «Ningún soldado está obligado a obedecer una orden que va contra la ley de Dios», dijo. . «Te lo suplico. Te lo ruego. ¡Te lo ordeno! En el nombre de Dios: ‘¡Cesa la represión!'»
Fue su última transmisión radial.
El asesinato
A las 18.30 horas del lunes 24 de marzo de 1980, el Arzobispo de San Salvador estaba celebrando misa en la capilla del hospital de la Divina Providencia. Un automóvil se detuvo afuera y un solo pistolero disparó un solo tiro desde la puerta directo al corazón de Oscar Romero.
Momentos antes, el Arzobispo había estado hablando de cómo “Quien se entrega al servicio de los pobres por amor a Cristo, vivirá como el grano de trigo que muere…”.
La canonización
Reconocido como «mártir de la fe», fue beatificado el 23 de mayo de 2015 en San Salvador.
El 14 de octubre de 2018, en En la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco proclamó santo a Oscar Arnulfo Romero. Para la ocasión, el Papa optó por llevar el mismo cinturón manchado de sangre que Romero llevaba en el altar cuando murió.
«Aspira no a tener más, sino a ser más». – San Oscar Arnulfo Romero