La denotación se refiere a la definición de diccionario de una palabra. Por otro lado, la connotación se refiere a palabras que llevan significados secundarios, matices e implicaciones. Por ejemplo, si le preguntaras a una mujer cómo le gustaría que la describieran en la siguiente lista de palabras, ¿cuál crees que sería su respuesta?
Slender …………………………..Delgado…………….. …………… Esbelto
La respuesta a esto es probablemente la palabra delgado. Si bien todas las palabras tienen la misma denotación (todas significan magro y no gordo), la palabra delgado tiene un trasfondo más positivo. Una mujer delgada es graciosa, elegante y quizás incluso sexy. Delgado, por otro lado, es una palabra bastante neutral y lleva a las mujeres a preferir la palabra «esbelta», ya que tiene una connotación más positiva. Finalmente, la palabra escuálida recuerda a una persona enferma, demasiado delgada o huesuda, y las mujeres generalmente no quieren ser descritas de esta manera. Con el tiempo, las palabras cambian en sus significados connotativos y los escritores deben estar al día con las connotaciones actuales de una palabra.
La MEJOR manera de incorporar atractivos patéticos (o emocionales) es usando palabras que tienen las connotaciones apropiadas. Piense en la pieza de muestra para las afirmaciones sobre el hecho / definición titulado «Un caso de sesgo severo»; lo siguiente es parte de la primera declaración de ese artículo:
«No soy una adicta al crack. No soy una madre del bienestar. No soy analfabeta …»
El las palabras adicto al crack, madre del bienestar y analfabeto tienen fuertes connotaciones. Hace que la declaración anterior (aunque ya es lógica) sea más poderosa. Imagínese si el escritor usara palabras con connotaciones más débiles:
«No soy una persona que abusa de sustancias. No soy un padre que necesita ayuda del gobierno. Sé leer».
Observe cómo se debilita el atractivo emocional. Aunque el atractivo lógico está presente, la declaración ya no tiene la misma fuerza.