¿Es la música una cultura universal?
Imagina que estás sentado en un teatro, viendo una película. La película comienza con la heroína sentada en un banco del parque con una expresión sombría en su rostro. Cue la música. Las primeras notas lentas y tristes se reproducen en un tono menor. Mientras continúa la melodía, la heroína gira la cabeza y ve a un hombre que camina hacia ella. La música se hace más fuerte lentamente, y la disonancia de los acordes envía una punzada de miedo corriendo por tu columna vertebral. Sientes que la heroína está en peligro.
Ahora imagina que estás viendo la misma película, pero con una banda sonora diferente. A medida que se abre la escena, la música es suave y relajante, con un toque de tristeza. Ves a la heroína sentada en el banco del parque y sientes su soledad. De repente, la música aumenta. La mujer mira hacia arriba y ve a un hombre caminando hacia ella. La música se vuelve más completa y el ritmo se acelera. Sientes que tu corazón se eleva en tu pecho. Este es un momento feliz.
La música tiene la capacidad de evocar respuestas emocionales. En los programas de televisión, películas e incluso comerciales, la música provoca risas, tristeza o miedo. ¿Son este tipo de señales musicales universales culturales?
En 2009, un equipo de psicólogos, dirigido por Thomas Fritz del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas en Leipzig, Alemania, estudió las reacciones de las personas a la música nunca habían escuchado (Fritz et al. 2009). El equipo de investigación viajó a Camerún, África, y pidió a los miembros de la tribu Mafa que escucharan música occidental. La tribu, aislada de la cultura occidental, nunca había estado expuesta a la cultura occidental y no tenía un contexto o experiencia dentro del cual interpretar su música. Aun así, mientras los miembros de la tribu escuchaban una pieza de piano occidental, pudieron reconocer tres emociones básicas: felicidad, tristeza y miedo. Resulta que la música es una especie de lenguaje universal.
Los investigadores también descubrieron que la música puede fomentar una sensación de plenitud dentro de un grupo. De hecho, los científicos que estudian la evolución del lenguaje han concluido que originalmente el lenguaje (un componente establecido de la identidad grupal) y la música eran uno (Darwin 1871). Además, dado que la música es en gran parte no verbal, los sonidos de la música pueden cruzar los límites sociales con más facilidad que las palabras. La música permite que personas de diferentes culturas establezcan conexiones fácilmente, mientras que superar las barreras del idioma puede ser más difícil. Como descubrieron Fritz y su equipo, la música y las emociones que transmite pueden ser universales culturales.