Sept. 19 de febrero de 2000 – Para aquellos preocupados por su corazón, aquí hay una buena noticia: El riesgo de una persona de tener un ataque de enfermedad cardíaca que ponga en peligro su vida se puede determinar de manera fácil y precisa mediante dos pruebas simples y no invasivas. Probablemente haya oído hablar de una: la prueba de esfuerzo con ejercicio, también conocida como prueba en cinta rodante. La otra con la que probablemente no esté familiarizado: la recuperación de la frecuencia cardíaca. Los investigadores de la Clínica Cleveland informan sus resultados con estas dos pruebas en la edición del 20 de septiembre de la revista Journal of the American Medical Association.
La recuperación de la frecuencia cardíaca es una medida de cuánto cae la frecuencia cardíaca durante la primera minuto después del pico de ejercicio. Se mide de forma rutinaria durante millones de pruebas de ejercicio cada año. Los médicos suelen solicitar estas pruebas cuando sospechan que un paciente puede tener problemas cardíacos.
Se coloca a los pacientes en una cinta rodante y se les hace ejercicio hasta el punto en que no pueden continuar. Es entonces cuando el corazón Se toma la recuperación de frecuencia. Luego, se agrega a la imagen creada por cuánto tiempo la persona puede hacer ejercicio y qué estaba haciendo la frecuencia cardíaca durante la prueba de ejercicio. Este panorama general puede dar a los médicos una idea bastante precisa de qué tan bien está funcionando el corazón.
Cuanto más saludable está el corazón de una persona, más rápido regresa a su latido normal; menos saludable está el corazón, cuanto más tiempo se tarda en recuperarse de algo como una prueba de esfuerzo.
«Uno simplemente resta la frecuencia cardíaca dos minutos después del ejercicio de la frecuencia cardíaca al final del ejercicio», dice Michael S. Lauer, MD, director del Laboratorio de Ejercicios de la Clínica Cleveland en Ohio e investigador principal del estudio.
Lauer y sus colegas encontraron que las personas con una recuperación anormal de la frecuencia cardíaca, que consiste en una puntuación (o disminución) de 12 latidos por minuto o menos, tenían un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca que aquellos con una recuperación de la frecuencia cardíaca normal, que es una disminución de 15 a 25 latidos por minuto.
Ambas pruebas son muy simples y, según estos autores, dará una buena idea de quién debe ser tratado de manera agresiva por enfermedad cardíaca y quién debe ser asegurándose de que corren poco riesgo.