Una lengua bifurcada es una lengua dividida en dos púas distintas en la punta; esta es una característica común a muchas especies de reptiles. Los reptiles huelen con la punta de la lengua, y una lengua bifurcada les permite sentir de qué dirección proviene el olor. Sentir desde ambos lados de la cabeza y seguir rastros basados en señales químicas se llama tropotaxis. No está claro si los reptiles de lengua bifurcada pueden realmente seguir senderos o si esto es solo una hipótesis.
Lengua bifurcada de una pitón alfombra (Morelia spilota mcdowelli)
Las lenguas bifurcadas han evolucionado en estos reptiles escamosos (lagartos y serpientes) para diversos fines. La ventaja de tener una lengua bifurcada es que hay más superficie disponible para que los productos químicos entren en contacto y la posibilidad de tropotaxis. La lengua se saca de la boca con regularidad para tomar muestras del entorno químico. Esta forma de muestreo químico permite a estos animales detectar sustancias químicas no volátiles, que no pueden detectarse simplemente usando el sistema olfativo. Esta mayor capacidad para detectar sustancias químicas ha permitido una mayor capacidad para identificar presas, reconocer parientes, elegir parejas, ubicar refugios, seguir senderos y más.
Las lenguas bifurcadas han evolucionado varias veces en escamatos. No está claro, según la evidencia morfológica y genética, dónde los puntos exactos de cambio son de una lengua con muescas a una lengua bifurcada, pero se cree que el cambio ha ocurrido de dos a cuatro veces. Una característica de comportamiento común que ha evolucionado en aquellos con lenguas bifurcadas es que tienden a ser buscadores anchos.
Los colibríes también tienen lenguas que se parten en la punta. Los galgos (bushbabies) tienen una lengua secundaria, o sublingua, que se usa para acicalarse, escondida debajo de la primera.