Generación espontánea: una breve historia de cómo refutarla.

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Al discutir los experimentos, debe mencionarse que con frecuencia los experimentos se mejoran una vez terminados. Idealmente, podría prever todos los problemas con un experimento antes de comenzar, pero no siempre es así. A veces piensas que hiciste algo maravilloso y que se publicaron los resultados, solo para descubrir más tarde que alguien más ve un defecto en tu trabajo. Quizás alguien más continúe con su trabajo y publique sus hallazgos. Veamos un caso que tiene sus raíces en la historia de la biología: la generación espontánea. Durante siglos, la gente se ha dado cuenta de la correlación entre el sexo y la reproducción en los seres humanos. Pero se pensaba que algunos seres vivos cobraban vida por sí mismos, para generar espontáneamente. En otros, los organismos vivos cobraron vida a partir de materia inerte.

En 1668, a un médico italiano llamado Francesco Redi se le ocurrió una hipótesis para refutar la idea de generación espontánea, específicamente, la idea de que los gusanos podrían surgir vida de la carne. Redi observó que después de que la carne se quedara fuera, las moscas se sentirían atraídas hacia ella y, unos días después, aparecerían gusanos. Redi pensó que los gusanos eran huevos de mosca demasiado pequeños para ser vistos. Redi organizó un experimento, con los grupos de control y variables, para probar su hipótesis de que las moscas producen gusanos. En el experimento, el grupo de control fue un trozo de carne en un frasco sin tapar. El grupo variable fue un trozo de carne en un frasco cubierto con una gasa; la gasa dejaba pasar el aire, pero no las moscas. Después de unos días, Redi observó que el grupo de control tenía gusanos en la carne y el grupo variable no. Luego concluyó que los gusanos solo se forman cuando las moscas entran en contacto con la carne y que la generación espontánea no está en juego.

En la década de 1700, un científico inglés propuso que la generación espontánea era posible y realizó un experimento completamente diferente que sugirió que lo probara. Más tarde, otro científico italiano mejoró ese experimento y concluyó que Redi tenía razón la primera vez. Entonces, durante casi 200 años después de Redi, todavía hubo mucho debate sobre si la generación espontánea podría ocurrir o no.

Hasta que pasó Pasteur. Louis Pasteur, en 1864, zanjó la discusión de una vez por todas. Tomando la idea básica de los dos científicos del 1700 y respondiendo a los críticos que decían que el aire era necesario para la vida, Pasteur desarrolló un matraz especial. Tenía un cuello curvo que permitía la entrada de aire, pero atraparía cualquier microorganismo y no dejaría que contaminen sus hallazgos.

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Pasteur mostró que su frasco libre de microorganismos, a pesar de estar abierto al aire. Durante un año, no hubo crecimiento microbiano. Hasta que Pasteur rompió el cuello del matraz. Y cuando aparecieron los microorganismos, le demostró al mundo que la vida solo podía provenir de otra vida. Debido a sus hallazgos en este y muchos otros experimentos a lo largo de su vida, Louis Pasteur es considerado uno de los más grandes biólogos de la historia.

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