Gastrina

Fisiopatología de VIVO

Gastrina

La gastrina es un importante regulador fisiológico de la secreción ácida. También tiene una importante influencia trófica o promotora del crecimiento en la mucosa gástrica. La gastrina se sintetiza en las células G, que se encuentran en las fosas gástricas, principalmente en la región del antro del estómago y se une a los receptores que se encuentran predominantemente en las células parietales y parecidas a las enterocromafines.

Estructura de la gastrina y el receptor de la gastrina

La gastrina es un péptido lineal que se sintetiza como una preprohormona y se escinde después de la traducción para formar una familia de péptidos con carboxitermini idénticos. La forma circulante predominante es la gastrina-34 («gran gastrina»), pero la actividad biológica completa está presente en el péptido más pequeño (gastrina-14 o minigastrina). Además, la bioactividad completa se conserva en los cinco aminoácidos C-terminales de la gastrina, que se conoce como pentagastrina. Los cinco aminoácidos C-terminales de gastrina y colecistoquinina son idénticos, lo que explica sus efectos biológicos superpuestos.

El receptor de gastrina es también uno de los receptores que se unen a colecistoquinina y se conoce como receptor CCK-B. Es un miembro de la familia de receptores acoplados a proteína G. La unión de gastrina estimula un aumento del Ca ++ intracelular, la activación de la proteína quinasa C y la producción de fosfato de inositol.

Control y efectos fisiológicos de la gastrina

El estímulo principal para la secreción de gastrina es la presencia de ciertos alimentos, especialmente péptidos, ciertos aminoácidos y calcio, en la luz gástrica. Además, los compuestos aún no identificados en el café, el vino y la cerveza son potentes estimulantes de la secreción de gastrina. La secreción de esta hormona se inhibe cuando el pH lumenal del estómago se vuelve muy bajo (menos de aproximadamente 3).

La gastrina parece tener al menos dos efectos importantes sobre la función gastrointestinal:

  • Estimulación de la secreción de ácido gástrico: los receptores de gastrina se encuentran en las células parietales y la unión de la gastrina, junto con la histamina y la acetilcolina, conduce a una secreción de ácido totalmente estimulada por esas células. Las células parietales caninas tienen aproximadamente 44.000 receptores de gastrina cada una, y en esa especie, se ha demostrado que la inmunoneutralización de la gastrina bloquea la secreción de ácido en respuesta a la administración intragástrica de péptidos. Las células similares a enterocromafines (ECL) también portan receptores de gastrina y la evidencia reciente indica que esta célula puede ser el objetivo más importante de la gastrina con respecto a la regulación de la secreción ácida. La estimulación de las células ECL por la gastrina conduce a la liberación de histamina, y la unión de histamina a los receptores H2 en las células parietales es necesaria para la secreción de ácido en toda regla.
  • Promoción del crecimiento de la mucosa gástrica: la gastrina claramente tiene la capacidad de estimular aspectos del desarrollo y crecimiento de la mucosa en el estómago. El tratamiento con gastrina estimula la síntesis de ADN, ARN y proteínas en la mucosa gástrica y aumenta el número de células parietales. Otra observación que respalda esta función es que los seres humanos con hipergastrinemia (niveles sanguíneos anormalmente altos de gastrina) muestran constantemente hipertrofia de la mucosa gástrica.

Además de los objetivos de las células parietales y ECL, la gastrina también estimula las células acinares pancreáticas mediante la unión a los receptores de colecistoquinina, y los receptores de gastrina se han demostrado en ciertas poblaciones de células del músculo liso gástrico, lo que respalda los estudios farmacológicos que demuestran un papel de la gastrina en regular la motilidad gástrica.

Estados patológicos

La secreción excesiva de gastrina, o hipergastrinemia, es una causa bien reconocida de una enfermedad grave conocida como síndrome de Zollinger-Ellison, que se observa en frecuencia en hombres y perros. El sello distintivo de esta enfermedad es la ulceración gástrica y duodenal debido a la secreción excesiva y no regulada de ácido gástrico. Más comúnmente, la hipergastrinemia es el resultado de tumores secretores de gastrina (gastrinomas), que se desarrollan en el páncreas o el duodeno.

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