¿Cuál es la temperatura en la Luna de la Tierra? A diferencia de las temperaturas de nuestro planeta, las temperaturas en la luna son extremas y severas. La temperatura exacta de la luna depende de la ubicación del Sol.

Debido a la inclinación de la luna sobre su eje y la forma en que gira alrededor de la Tierra, la luna siempre está iluminada por el sol en un lado y oscuro por el otro. Un «día» en la luna equivale a unos 27 días terrestres. La mitad de la luna estará de día durante unos catorce días terrestres, mientras que el lado en la oscuridad experimentará la noche también durante catorce días terrestres.

Cuando iluminada por el sol, la superficie de la luna puede alcanzar hasta 127 grados Celsius (260 Fahrenheit). Cuando el lado iluminado se mueve hacia la oscuridad, la temperatura desciende significativamente. Dado que el sol ya no calienta la superficie, la superficie de la luna puede descender a -232 Celsius (-387 F). Estas son las temperaturas más frías de nuestro sistema solar, lo que significa que la superficie de la luna se vuelve más fría que la de Plutón.

Los polos de la luna y los cráteres son los lugares que alcanzan las temperaturas más extremas. Debido a su mínima inclinación, la luna no experimenta estaciones. Hay regiones y lugares en la luna, específicamente en los polos, donde el sol no puede llegar, haciendo de estos puntos los lugares más fríos de la luna . Hay algunos cráteres ubicados en los polos de la luna que no han sido tocados por la luz solar durante miles de millones de años. Los científicos de la NASA han encontrado señales de hielo en estos lugares sombríos y regiones llenas de cráteres. Los científicos también descubrieron que algunos de estos cráteres y áreas sombreadas podrían alcanzar los -272 grados Celsius (-458 grados Fahrenheit).

Una razón de temperaturas tan extremas en la Luna es la atmósfera. A diferencia de nuestro planeta, la luna no tiene atmósfera. En la Tierra, la luz del sol golpea el suelo y libera radiación. La radiación luego se mueve hacia arriba, pero es atrapada por nuestra atmósfera y calienta nuestro planeta. La atmósfera también difunde la radiación, lo que evita que la Tierra se caliente demasiado. La luna no tiene una atmósfera que atrape el calor o limite el poder del sol, dejándolo extremadamente caliente y frío.

El núcleo de la Tierra es otro elemento que ayuda a calentar nuestro planeta. El núcleo calienta las capas más internas de nuestro planeta, que, a su vez, calienta las capas superiores (donde estamos). Sin embargo, a diferencia de nuestro planeta, el núcleo de la luna no es lo suficientemente cálido para calentar las capas superiores. Si bien la luna es más pequeña que la Tierra, la temperatura central de la luna no se calienta lo suficiente como para calentar las otras capas que la componen.

La temperatura de la luna varía de extremadamente caliente (127 grados Celsius) a extremadamente frío (-272 grados Celsius). Su temperatura depende de si mide la temperatura al sol o la temperatura en la oscuridad. La temperatura también depende de si mide o no un cráter profundo o una colina. No obstante, las temperaturas en la luna son extremas, lo que nos hace considerar cuidadosamente cómo construimos nuestros instrumentos lunares y trajes para nuestros astronautas.

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