Actualización sobre el tratamiento de la hemorragia intraparenquimatosa espontánea: manejo médico e intervencionista

Objetivo de la revisión: la hemorragia intraparenquimatosa espontánea (IPH) es un desafío prominente al que se enfrentan globalmente neurocirujanos, neurólogos e intensivistas. En las últimas décadas, se han llevado a cabo esfuerzos de investigación básica y clínica con el objetivo de delinear prácticas biológicas y basadas en la evidencia destinadas a disminuir la mortalidad y optimizar la probabilidad de un resultado funcional significativo para los pacientes afectados por esta devastadora afección. Aquí, los autores revisan los enfoques médicos y quirúrgicos disponibles para el tratamiento de la hemorragia intraparenquimatosa espontánea, identificando áreas de progreso reciente e investigación en curso para delinear el alcance y la escala de IPH tal como se entiende y se trata actualmente.

Hallazgos recientes: Los enfoques de la HPI se han centrado en general en detener la expansión de la hemorragia mediante varios enfoques. Ensayos recientes han abordado la efectividad de la disminución rápida de la presión arterial en pacientes hipertensos con IPH, y se ha demostrado que la disminución rápida es segura y al menos parcialmente efectiva para prevenir la expansión del hematoma. Recientemente se ha demostrado que la terapia hemostática con transfusión de plaquetas en pacientes que toman medicamentos antiplaquetarios no tiene ningún beneficio y puede ser perjudicial. No se ha demostrado que la hemostasia con la administración de complejos de coagulación sea eficaz para reducir la expansión del hematoma o mejorar los resultados, aunque corregir estas anomalías lo antes posible sigue siendo una buena práctica hasta que se disponga de más datos. Se ha demostrado que el drenaje guiado estereotácticamente de la HPI con hemorragia intraventricular (Hiv) es seguro y mejora los resultados. La investigación sobre nuevos métodos quirúrgicos estereotácticos ha comenzado a ser prometedora. Los pacientes con IPH deben tener un diagnóstico rápido y preciso con neuroimagen con tomografía computarizada (TC) y angiografía por tomografía computarizada (ATC). Las intervenciones tempranas deben incluir el control de la hipertensión hasta una PA sistólica en el rango de 140 mmHg para hemorragias pequeñas sin hipertensión intracraneal con bloqueadores beta o bloqueadores de los canales de calcio, corrección de cualquier coagulopatía si está presente y evaluación de la necesidad de intervención quirúrgica. Se deben evaluar las puntuaciones de IPH y FUNC (Resultado funcional en pacientes con hemorragia intracerebral primaria). Los pacientes deben ser enviados a una UCI neurológica dedicada, si está disponible. Los pacientes deben ser monitoreados para detectar convulsiones y problemas de presión intracraneal. Algunos pacientes, particularmente aquellos con extensión intraventricular, pueden beneficiarse de la evacuación del hematoma con una ventriculostomía o un catéter guiado estereotácticamente. Una vez estabilizados, los pacientes deben ser reevaluados con imágenes de TC y recibir un control continuo de la presión arterial, el edema cerebral, los problemas de la PIC y las convulsiones a medida que surgen. El objetivo de la atención para la mayoría de los pacientes es recuperar la capacidad de recibir rehabilitación multidisciplinaria para optimizar el resultado funcional.

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