Una de las primeras escenas que se pudo rodar en locaciones fue la escena de la boda en Mondsee. Eso fue el 23 de abril. Casi todas las escenas exteriores se pudieron rodar en exteriores, aunque la lluvia seguía regresando. Hubo solo unos pocos que no se pudieron filmar en el lugar y estos fueron reconstruidos en los estudios: «Dieciséis pasando a diecisiete» y «Algo bueno». El interior de la glorieta fue difícil de filmar porque la luz del sol entraba desde diferentes ángulos. Y, para otros efectos como la lluvia y los rayos, fue menos costoso filmar en los estudios.
Uno de los rodajes más complicados fue la aparición de la familia en la Escuela de Equitación Rock. Había mil extras sentados en la audiencia con ropa de verano, aunque estaba un poco por encima de cero. La iluminación de los arcos resultó difícil. Hubo que encargar luces y generadores de toda Europa.
La escena de apertura que se convirtió en una de las más famosas de la historia del cine se filmó en una montaña a unos 10 kilómetros de Baviera. La escena fue filmada desde un helicóptero y tenía que estar perfectamente sincronizada, por lo que uno de los miembros de la tripulación se escondió entre los arbustos con un megáfono y gritó «Ve, Julie» cuando el helicóptero estaba en la posición correcta. Julie Andrews tuvo grandes dificultades para mantenerse erguida debido a las fuertes corrientes de aire del helicóptero a reacción. ¡Después de diez tomas se enojó mucho! El rodaje allí fue agotador para los miembros del equipo. Aparte de que el clima les jugaba una mala pasada, no había baños en kilómetros y, a veces, simplemente hacía mucho frío.