La mastitis en perros no es tan común como en otras especies, como el ganado, pero si no se controla, la afección puede provocar consecuencias potencialmente mortales. Para garantizar la salud de los perros lactantes, los criadores deben conocer los signos y las opciones de manejo.
Karen Von Dollen, DVM, de NC State College of Veterinary Medicine ofrece sugerencias sobre qué buscar en sus perras después parto para detectar y tratar la mastitis temprano para la resolución más rápida.
¿Qué es la mastitis?
La mastitis es una infección de las glándulas mamarias en hembras lactantes. Si bien es más común una infección bacteriana, también pueden ocurrir infecciones por hongos. Los patógenos que causan mastitis que se observan con mayor frecuencia son Escherichia coli, Staphylococcus sp. Y Streptococcus sp. La mastitis puede cambiar rápidamente de una infección leve y localizada a un absceso en la glándula mamaria o una enfermedad sistémica potencialmente mortal.
Manejo de riesgos y signos tempranos
«No existen prácticas específicas de manejo eso evitará la mastitis, pero la atención general a los detalles en el área de parto promoverá la salud de las perras y los cachorros ”, dice Von Dollen.
Todas las razas de perros, de cualquier edad, y madres nuevas o experimentadas, pueden tener riesgo de desarrollar mastitis durante la lactancia. El tamaño de la camada no afecta las posibilidades de infección de la madre, aunque es más probable que las glándulas mamarias se congestionen en las perras con menos cachorros. En las camadas más grandes, los orificios de los pezones permanecen abiertos por más tiempo, lo que permite que las bacterias se muevan más fácilmente hacia las glándulas mamarias. Las cajas de parto y las áreas de crianza de cachorros siempre deben mantenerse limpias y secas, quitando la ropa de cama sucia lo antes posible.
Von Dollen recomienda que las perras las glándulas mamarias deben revisarse una o dos veces Iría a monitorear los signos de cambio «en lugar de esperar hasta que haya un problema obvio en toda regla». Las glándulas deben extraerse suavemente todos los días para controlar la calidad de la leche. Se deben evaluar los cambios en la textura (firmeza o hinchazón), la temperatura (ya sea caliente o fría), el color de la piel (enrojecimiento o un tono azul), la sensibilidad (la reacción de su perra al tacto) o el carácter de las secreciones (grosor o color). por un veterinario.
En casos leves o tempranos de mastitis, el primer signo de un problema puede ser que las crías lactantes no estén aumentando de peso tan rápido como se esperaba. Por eso es importante vigilar de cerca a cada cachorro, incluidos los pesajes diarios, especialmente en la primera semana de vida. En estas primeras etapas, es posible que la presa no muestre signos evidentes de enfermedad y solo muestre un malestar mínimo. A medida que avanza la mastitis, las glándulas mamarias afectadas se hinchan e inflaman cada vez más, se decoloran (con frecuencia de color rojo o morado) y son muy dolorosas. En casos graves, la madre puede enfermarse gravemente.
Diagnóstico y tratamiento
Su veterinario hacer un plan de diagnóstico y tratamiento basado en un examen físico completo y evaluaciones clínicas. Diferenciarán la galactostasis (congestión de leche en las glándulas sin una infección) de la mastitis según la gravedad de los signos físicos y si existe una enfermedad sistémica.
Se puede realizar un cultivo y una citología de las secreciones de la glándula afectada realizado para buscar agentes infecciosos, como bacterias u hongos. Los ultrasonidos pueden ser útiles para que su veterinario determine la extensión del daño a la glándula, así como para monitorear la progresión y resolución de la enfermedad. También se pueden realizar análisis de sangre para determinar si existe afectación sistémica.
Su veterinario le recetará un tratamiento en función del examen y los resultados de la prueba. La mayoría de las perras con mastitis leve pueden tratarse de forma ambulatoria. Se pueden recetar antibióticos, según la presencia de bacterias, así como analgésicos. Los cachorros lactantes deben tenerse en cuenta al elegir un antibiótico porque es posible la transmisión a los cachorros a través de la leche. Los cachorros lactantes deben ser monitoreados de cerca para detectar cambios en el consumo, la energía y las heces.
Otros cuidados recomendados para la perra pueden incluir hidratación, compresas tibias con toallas u hojas de repollo y extracción frecuente de leche de la glándula infectada manualmente. Esto alivia el malestar y la hinchazón al mismo tiempo que estimula el flujo sanguíneo. El ordeño manual debe realizarse cada seis horas.
El uso de compresas de hojas de col se usa a menudo para disminuir el dolor y la inflamación. Las hojas de col deben sujetarse a la glándula mamaria afectada con un vendaje o una camiseta ajustada. Una vez aplicados, deben dejarse en su lugar durante dos a cuatro horas. En este momento, las hojas de repollo deben retirarse durante tres a cuatro horas antes de volver a aplicar durante otras dos a cuatro horas. Se puede permitir que los cachorros mamen de la glándula afectada cuando está descubierta.
Pronóstico
Con un diagnóstico temprano, la glándula mamaria puede volver a su función normal en aproximadamente dos o tres semanas con el tratamiento adecuado. En casos más severos, puede ocurrir daño permanente, haciendo que la glándula no pueda producir leche. En casos muy graves en los que se produce una infección sistémica, es posible la muerte de la perra, incluso con un tratamiento agresivo.
¿Qué pasa con los cachorros?
Los cachorros están «mejor equipados para extraer la leche del glándulas de manera eficiente, mucho más que la mano humana «, dice Von Dollen. Sin embargo, si la perra está demasiado adolorida para permitir la lactancia, o si existe la preocupación de que los antibióticos en uso se transfieran a los cachorros, la lactancia no ser una opción. En ese caso, los cachorros deberán ser alimentados a mano según las instrucciones de su veterinario.
Los cachorros deben pesarse diariamente para asegurar una intervención temprana si no están recibiendo suficiente leche, ya sea de la perra no permitirles amamantar lo suficiente o por una disminución en la producción de leche. Si no están aumentando de peso adecuadamente, es posible que necesiten nutrición suplementaria.
Reflexiones finales
La intervención temprana es clave para evitar que la mastitis convirtiéndose en una enfermedad potencialmente mortal. Monitoreo regular de una perra lactante y el cachorro es fundamental para garantizar que la enfermedad se detecte rápidamente. Su veterinario será su mejor guía para mantener saludables a sus perras y cachorros.