La Revolución Francesa fue un acontecimiento importante en la historia de las sociedades occidentales y tuvo un profundo efecto en el mundo actual. A partir de 1789, la revolución vio al pueblo francés derrocar su monarquía absoluta y crear una república basada en los principios de igualdad, libertad y fraternidad. La revolución se desarrolló como una serie de eventos importantes que comenzaron cuando Luis XVI llamó a los Estados Generales en mayo de 1789. Sin embargo, los Estados Generales fracasaron debido a las divisiones entre los representantes de los estados y la mala toma de decisiones del rey.
Una vez que fracasó el Estado General, los representantes del tercer Estado y su recién creada Asamblea Nacional se trasladaron a la cancha de tenis cercana para llevar a cabo sus propias discusiones. Los representantes del tercer estado estaban enojados con la inacción de los estados generales y molestos con su posición en la sociedad francesa. Resintieron el sistema de fincas y la monarquía absoluta de Luis XVI. Fue en la cancha de tenis que el 20 de junio de 1789 el tercer estado estableció la Asamblea Nacional, el nuevo gobierno revolucionario, y se comprometió a «no separarse y reunirse donde las circunstancias lo requieran, hasta que se establezca la constitución del reino».
El juramento de la cancha de tenis fue significativo porque mostró el creciente malestar contra Luis XVI y sentó las bases para eventos posteriores, entre ellos: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y el asalto a la Bastilla.