Glass Beach es uno de los destinos fotográficos más singulares de la costa de Mendocino. Ubicado en el extremo norte de Fort Bragg, este histórico vertedero se ha convertido en un testimonio increíble de la belleza que el mundo natural puede crear incluso con la basura. Limpia, segura y divertida para toda la familia, Glass Beach es un destino de visita obligada durante cualquier vacación en Mendocino.
Entre 1906 y 1967, los residentes arrojaron sus desechos al océano en tres sitios separados. Cuando se prohibió el vertido a fines de la década de 1960, se llevaron a cabo programas de limpieza y la fuerza natural de las olas comenzó a romper los escombros de vidrio y suavizarlos. La tierra era de propiedad privada y, a fines de la década de 1990, el propietario se asoció con Coastal Conservancy para limpiar el sitio más a fondo. Se retiraron los residuos metálicos que no se habían descompuesto por completo y se construyeron caminos. En 2002, el terreno se vendió a los parques estatales y se inauguró formalmente como parte del parque estatal MacKerricher.
Las playas actuales son lugares de maravillas de ‘vidrio marino’ completamente liso: fragmentos de botellas rotas, ventanas y escombros que han sido desgastados durante décadas por las olas. El vidrio marino viene en una amplia gama de colores, dependiendo de los materiales originales que se desecharon. A lo largo de los años, el vidrio se ha ido agotando poco a poco debido a que los visitantes se lo llevan a casa (especialmente los colores de «elección»), pero el efecto de una playa multicolor permanece.