En su mensaje anual al Congreso el 6 de diciembre de 1904, el presidente Theodore Roosevelt hizo una adición significativa a la Doctrina Monroe que afecta la política exterior de Estados Unidos. El presidente James Monroe, en 1823, había advertido a las potencias europeas que no interfirieran en los asuntos del hemisferio occidental. Ocho décadas después, las potencias europeas emprendían acciones militares en Venezuela. Estados Unidos se esforzaba por crear un canal istmo en América Central.
Para evitar futuras operaciones militares extranjeras en América, Roosevelt prometió que Estados Unidos se impondría para evitar «delitos crónicos» y «una relajación general de los lazos de la sociedad civilizada «. Si fuera necesario, Estados Unidos intervendría para restaurar el orden, la estabilidad y la prosperidad en el hemisferio occidental. Esta postura se denominó Corolario Roosevelt de la Doctrina Monroe.
Los antiimperialistas criticaron al presidente por pasar de una política defensiva que se opone a la intervención extranjera a una declaración positiva que autoriza la acción militar. Los líderes latinoamericanos, especialmente el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Luis María Drago, también criticaron el Corolario Roosevelt. Mientras tanto, los partidarios del presidente creían que la política aseguraría gobiernos prósperos y democráticos en el hemisferio occidental.
El Corolario de Roosevelt fue abandonado oficialmente en 1934. El presidente Franklin D. Roosevelt, primo lejano de TR, renunció al derecho de intervención de los Estados Unidos como parte de su «Política del Buen Vecino». Sin embargo, el plan de TR para la seguridad en el hemisferio occidental, especialmente su deseo de gobiernos estables, prósperos y democráticos en América Latina y el Caribe, influyó en la política exterior estadounidense durante décadas.