Con la reunión de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas esta semana en Viena, Austria, una vez más se está prestando atención diplomática a las drogas. En 2018, las personas que se inyectan drogas representaron el 12% de las nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo.
Las leyes que criminalizan a las poblaciones clave o discriminan a las personas que viven con el VIH socavan los esfuerzos para prevenir nuevas infecciones por el VIH y muertes relacionadas con el SIDA en docenas de países en todas las regiones. La despenalización del uso y posesión de drogas para uso personal reduce el estigma y la discriminación que obstaculizan el acceso a la atención médica, la reducción de daños y los servicios legales. En los países donde el consumo de drogas está despenalizado y se dispone de una reducción integral del daño, la prevalencia y la transmisión del VIH tienden a disminuir drásticamente entre las personas que consumen drogas.
Chequia, los Países Bajos, Portugal y Suiza se encuentran entre un puñado de países que han despenalizado el uso y posesión de drogas para uso personal y que también han invertido en programas de reducción de daños. En consecuencia, los diagnósticos entre las personas que se inyectan drogas en esos países son bajos.
Dado que el uso o consumo de drogas y / o posesión de drogas para uso personal es un delito en al menos 67 países, es hora de que los países adopten el paso audaz hacia la despenalización.